¡El 14 de noviembre huelga general!

Tras varias décadas en las que podía parecer que la lucha de clases en Europa había finalizado con el establecimiento del "estado del bienestar" y el equilibrio político entre la clase obrera y la empresarial consagrado en la supremacía de la socialdemocracia, la crisis económica provocada por las oligarquías financieras ha revelado cómo estas han cerrado filas y han actuado conjuntamente protegiendo sus propios intereses. Las contradicciones entre estos intereses y los de la clase trabajadora se han revelado en toda su plenitud en el desmantelamiento del costoso sistema de educación y sanidad públicas, en desahucios, en las subidas de impuestos indirectos, en la progresiva liquidación del sistema de pensiones etc. La evidencia de la lucha de clases vuelve a surgir tras el temporal biombo del bienestar y el consumo, el creciente poder adquisitivo y político de las "clases medias" y demás juegos de prestidigitación ideológica de las clases poseedoras, sintiendo los trabajadores cómo esa misma burguesía que creían su aliada ahora revienta todos los beneficios que les había cedido desde mediados del siglo XX por miedo a insurrecciones que pudieran terminar con su dominación. Esto es especialmente aplicable a los jóvenes, que vemos cómo poco a poco nuestro futuro se va nublando: casi con toda seguridad no tendremos una sanidad pública asequible cuando tengamos treinta y pico años, nuestros hijos estudiarán hacinados en zulos y por la inexistencia de un sistema de pensiones tendremos que trabajar hasta que literalmente no podamos más. Es más, muchos no sabemos si el año que viene podremos pagar las altísimas tasas de una universidad que de pública tiene cada vez menos, si es que este mismo año hemos podido pagarlas.

Una vez se ha mostrado la crudeza de la lucha de clases le queda a la clase trabajadora tomar consciencia de su papel en la situación actual:  luchar unida frente a quienes tienen como intereses estirar al máximo la explotación por medio del miedo al paro y el desmantelamiento de los servicios públicos; es decir, luchar unidos contra la clase empresarial. Esta lucha pasa por que todos estemos unidos en el uso del arma más poderosa que tenemos en nuestras manos: la paralización de la producción. Somos trabajadores necesarios para los empresarios, somos su gallina de los huevos de oro y como tales la mejor forma de hacer frente a la explotación es la huelga general. La fuente de la riqueza de quienes nos explotan es nuestro trabajo y por tanto dejar de trabajar es la mejor presión que les podemos hacer.

Como jóvenes y en mayoría estudiantes y futuros trabajadores, no ir a estudiar es también la mejor forma de presión, sobre todo si el tiempo que deberíamos usar para estar en clase nos unimos a las movilizaciones planteadas para el día 14: manifestaciones, concentraciones, piquetes... Garantizar nuestro futuro pasa por luchar en el presente.

¡El 14 de noviembre todos a la huelga contra la dictadura del capital!

¡Joven, organízate y lucha!